lunes, 19 de agosto de 2013

¿QUÉ BUSCAMOS EN EUROPA?


Sonda Robótica para Europa – Crédito: JPL-Caltech / NASA

Los científicos conocen bastante información de Europa, la Nave Espacial Voyager 2 en 1979 sobrevoló  este satélite de Júpiter y a mediados de 1990 lo hizo la Nave Espacial Galileo, ambos de la NASA.. Se logró apreciar que es un mundo fracturado, cubierto de hielo, con tentadores indicios de  la existencia de un océano de agua líquida bajo su superficie, entorno que podría ser hogar para la vida microbiana.

En la Revista Astrobiology de agosto de 2013, aparece un nuevo estudio escrito por un equipo de la NASA, presenta el consenso sobre las cuestiones más importantes que deben atenderse. Robert Pappalardo, el autor principal del estudio – del JPL de la NASA en Pasadena, dice: “si los seres humanos deciden  enviar un vehículo robótico que se pose en la superficie de Europa, debemos saber que buscar y que herramientas se deben utilizar”, y agrega: “todavía falta mucha preparación para posarse en ella, estudios como estos ayudan a centrarnos en tecnologías necesarias para llegar allí y los datos necesarios para ayudarnos a explorar posibles lugares de llegada.”
Europa es el lugar más probable en nuestro sistema solar más allá de la Tierra para encontrar vida como hoy la conocemos; una misión que se posara en su superficie sería  la mejor manera de buscar señales de vida. El documento fue escrito por científicos de una serie de otras universidades y centros de la NASA, incluyendo la Universidad Laboratorio de Física Aplicada Johns Hopkins, Laurel, Maryland, la Universidad de Colorado, Boulder, la Universidad de Texas, Austin, y el Goddard Space Flight Center de la NASA, en Greenbelt, Md.
  

Concepción artística que muestra a Júpiter, visto desde la superficie de su satélite Europa. Es un concepto simulado de cómo veríamos al planeta en la eventualidad que pudiéramos estar, con los respectivos resguardos, en la superficie de esta luna, la cual sería potencialmente áspera, con áreas de tintes rojizos en primer plano. Crédito de la imagen: NASA / JPL-Caltech
  
El equipo encontró las preguntas más importantes agrupadas en torno a la composición: ¿Que hacen las "pecas" de color rojizo y grietas rojizas que manchan la superficie helada? ¿Qué clase de química está ocurriendo allí? ¿Hay moléculas orgánicas, que están entre los ladrillos de la vida? Son las prioridades adicionales involucradas  que permiten mejorar nuestras imágenes de Europa, lo que permite conseguir un vistazo a las características a escala humana que proporcionan un contexto para las mediciones de su composición. 
También entre las principales prioridades están las cuestiones relacionadas con la actividad geológica y la presencia de agua líquida: ¿Qué tan activa es la superficie? ¿Cuánto influye la influencia gravitatoria intensa y periódica de su anfitrión, el planeta gigante Júpiter? ¿Estas detecciones nos hablan de las características de agua líquida bajo la superficie helada?.
"Bajar a la superficie de Europa sería un paso clave en la investigación  astrobiológica de ese mundo", dijo Chris McKay, un editor senior de la revista Astrobiology, que tiene su sede en el Centro de Investigación NASA Ames, en Moffett Field, California "Este documento describe la ciencia que se podía hacer en ese módulo. La esperanza sería que los materiales de la superficie, posiblemente cerca de las características de grietas lineales, incluyen biomarcadores realizados a partir del océano”.
El trabajo fue liderado por R. Pappalardo, S. Vance, F. Bagenal et al., y aparece en  la Revista Astrobiología 13.agosto.2013 – 740-773. doi: 10.1089/ast. 2013.1003 – Volumen 13 Nº 814.agosto.2013.



Imagen real de Europa, satélite de Júpiter, lograda mediante varios mosaicos obtenidos regionalmente con superposición  en la resolución de las imágenes obteniendo una visión global pero con una resolución más baja en el contecto. Crédito NASA / JPL-Caltech / University of Arizona

Si debido al mal trato que damos a nuestro planeta Tierra, el agua comienza escasear, por lo visto es factible obtenerla desde otro lugar del Sistema Solar, y en principio, Europa sería una opción.
Sólo hay que superar algunas “barreras”: Desarrollar  naves-estanques que la traigan y preparar astronautas que resistan una estadía mínima en el espacio de  3 años o más,  con la consiguiente logística de sobre-vivencia  La distancia a cubrir ida y vuelta supera los 1.200.000.000  kilómetros (ida y vuelta) según sea la posición de Júpiter y la Tierra en el momento del lanzamiento de las naves. La tiempo en cubrir dicha distancia, se obtiene de la Nave Espacial Voyager 1 que demoró  18 meses, solo de ida.
 Fuente: JPL-Caltech / NASA / Astrobiology / Los 13 amigos / sca